El pasado 31 de enero se hizo efectiva la retirada del Reino Unido de la Unión Europea y, con ella, se dispararon las alarmas en el sector del transporte terrestre. ¿Qué pasará con la circulación de mercancías entre Europa y su exmiembro? ¿Se impondrán aranceles que resten competitividad a los productos europeos?
La preocupación en el sector del transporte es lógica, teniendo en cuenta que el 8% de las mercancías transportadas por camiones españoles tienen su destino en Reino Unido y que, por lo tanto, el país representa el quinto mercado para las empresas de transporte terrestre en España.
Reino Unido es, de hecho, el quinto destinatario de las exportaciones españolas en general, según ICEX España Exportación e Inversiones. Solo queda por detrás de Francia, Alemania, Italia y Portugal. Este vigor exportador entre España y Reino Unido se refleja con claridad en sectores como el agroalimentario o el de la automoción.
Debido a esta intensidad comercial, Mónica Díaz, Network & Partners Cards EU Manager de OnTurtle, destaca que las empresas del transporte “deberán conocer adecuadamente y a tiempo qué requisitos cumplir para adaptarse a las nuevas reglas”.
Sin embargo, la puesta en marcha del Brexit a finales de enero aún no ha despejado las dudas, ya que el Acuerdo de Retirada prevé un período de transición que se mantendrá al menos durante todo 2020 y que incluso podría prorrogarse dos años más si ambas partes lo acuerdan antes del 1 de julio.
Esta etapa de adaptación permitirá establecer la futura relación entre Reino Unido y la Unión Europea a nivel comercial y en aspectos como la logística, el movimiento de personas y mercancías o los impuestos sobre los productos, entre otras cuestiones.
Por tanto, durante este período transitorio, se mantendrán las condiciones actuales para la libre circulación de mercancías mientras se avanza en un nuevo acuerdo comercial.
El futuro acuerdo comercial entre Reino Unido y la Unión Europea podría tomar direcciones muy diversas que consolidarían o debilitarían el libre comercio y, por lo tanto, la circulación de mercancías a través del transporte por carretera. Mientras que la entrada en la Asociación Europea de Libre Comercio mantendría a los británicos dentro del mercado común europeo, otras opciones supondrían, en mayor o menor grado, la imposición de aranceles. Una de las posibilidades que está sobre la mesa es la ausencia de un acuerdo, lo cual supondría aplicar las normas arancelarias fijadas por la Organización Mundial del Comercio.
Será clave, en este momento de incertidumbre, el acceso a información contrastada para responder a los posibles cambios normativos. «Nuestros clientes necesitan saber para qué tipo de procesos y formalidades deben prepararse en función de los acuerdos a los que se llegue entre el Reino Unido y la Unión Europea, así como entre el Reino Unido e Irlanda del Norte», afirma Díaz.
En este sentido, Luis García, Network & Partners Cards EU Specialist de OnTurtle, manifiesta que la compañía “está en contacto permanente con diferentes actores del sector para poder anticiparse a las necesidades de sus clientes y mantenerlos informados en todo momento de las novedades que puedan surgir sobre este tema tan relevante».
Es inevitable que la incertidumbre siga vigente al menos hasta que finalice el año 2020, pero sea cual sea el escenario que surja entonces, el acceso a un asesoramiento personalizado determinará la capacidad del sector transporte de reaccionar rápidamente a la nueva situación.